viernes, 25 de septiembre de 2009

Insomnio

¿Dónde puede encontrar el antídoto contra el insomnio? Cuando necesita relajar el cuerpo se invade con un aire azulado que hace que las venas se agranden y lata más fuerte su corazón.

Existe esa pausa, en la que todo está puesto en su lugar aunque a la mañana siguiente vuelva a moverse de sitio. Pero ese no es un problema de ella ni de nadie hasta que no ocurra.

El agua tapa su cuerpo, sólo sobresale sus muslos y pechos. Para aliviar el dolor tapa sus oídos con el agua estancada. Los sonidos cambian de tonos, cómo le gusta los ecos subterráneos.

Después de largas horas, cuando siente que si sigue sumergida su piel no volverá a tener la misma forma tersa y lisa, se incorpora. Su pie toca el suelo tibio, gira la cabeza y ve cómo el agua estancada y teñida de azul está inmóvil, tan inmóvil… como si ella nunca hubiera estado empapada en ella. A diferencia de esa agua, la que contiene su cuerpo está tan alterada que choca contra sus sienes y le impide respirar con ritmos de compás.

Parece que después de estar en remojo, una vez calmadas las aguas, no hay duda que esa noche no le costará conciliar el sueño.