Una profecía cumplida de infinidad de posibilidades. Hay millones de números alrededor, cercados por vallas que son imposibles de escalar. Frases y ritmos que no riman. Todo eso puede cambiar pero no pasará, no encontrarás entre esa maraña de números y ritmos desliar el caos.
Todo se deprime, se hunde y no hay chispas, ni luz en la oscuridad. Corres, te vas lejos pero ¿qué has encontrado allí? Entonces sólo se te oye decir: “no hay tiempo, no hay tiempo para analizar, para pensar correctamente las cosas, para dar sentido”
Las vacas en la cuidad… todo se ve bonito, coches con electricidad. Todo entre sombras. Ellos duermen como bebés.
Nia Lasset
martes, 13 de abril de 2010
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