Entre un montón de papeles le pido al azar que me enseñe uno en el que te encuentre. Pero bien sabemos que el azar es caprichoso y él decide qué detalles concedernos. Así que espero inmóvil, con los ojos sobre el papel. Intento dibujarte con las palabras que ahora atiborran mi cabeza pero nada pasa. Todo está inmóvil, silencioso, a la espera...
Nia
viernes, 19 de junio de 2009
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