Habrá compensación por la falta de escrito de ayer. Hoy, pongo aquí una foto (retocada, pero da igual) de un camino en un bosque, al atardecer o amanecer... Es curioso, si uno se despierta, sin saber la hora que es ni cuánto ha dormido, y ve el sol en la línea del horizonte,... no puede saber si el sol se está poniendo o amaneciendo.
Volviendo a la foto, me pregunto quién tendrá la suerte de ir por esos caminos. Aunque la imagen está retocada, parece sobrecogedor. En realidad, todos los caminos tienen algo que puede llenarnos: depende de los ojos con que los miremos. El ojo de la cámara, ésta vez, me ha conmovido.
No sé quién hizo la foto y ponerla en este blog sólo es un humilde homenaje. Mando mis felicitaciones al aire y que el viento las lleve a su destino.
Ser
sábado, 25 de abril de 2009
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