Se escapa el deseo, la inspiración. Se está acabando, se acaba.
Giremos como trompos, volvamos a dar vueltas, corramos antes de que termine.
Cuatro manos. Solo me responden dos.
Ahora intentemos recuperarlo pero aun no queremos entender el latir del fin,
aquel que nos respira muy hondo en la nuca y hace que se enfríe las venas.
Somos inquebrantables aunque el aire de nuestros pulmones explote, somos liliputienses intentando destacar, somos los don nadie, queremos ser alguien.
Nia
http://www.maggietaylor.com/
lunes, 20 de abril de 2009
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